Lambaré atraviesa un momento de tensión política tras la renuncia del exdiputado Orlando Arévalo, un hecho que ha generado repercusiones en la Junta Municipal y ha puesto bajo la lupa el accionar de su esposa, la concejal Carolina González. En paralelo, la ciudad intensifica su lucha contra la corrupción y el juego ilegal, en una cruzada que busca transparentar la gestión municipal.
El sábado pasado, Orlando Arévalo presentó su renuncia como diputado en medio de un clima de controversia. Su figura política había generado divisiones dentro de la Junta Municipal de Lambaré. Según señaló el concejal Víctor Silvera para la 1140 AM, Arévalo ejercía presión y amenazas sobre sus colegas: “Era bastante difícil lidiar con esta familia, que se consideraba muy poderosa. Amenazaba a todos, deseaba la cárcel y la imputación del intendente, e incluso propició la pérdida de investidura de dos concejales”, señaló.
La renuncia de Arévalo abre interrogantes sobre la influencia que tuvo en la política local y sobre las posibles investigaciones que puedan surgir en su contra. En este contexto, el papel de su esposa, Carolina González, también ha cobrado relevancia.
Carolina González, actual concejal , ha sido criticada por su actitud dentro de la Junta. “Yo diría que era prepotente”, afirmó Silvera. “Se creía una concejal por encima de sus pares, y desde que lanzó su candidatura a la intendencia de Lambaré para el 2026, se convirtió en una opositora frontal al intendente Guido, poniendo trabas a proyectos fundamentales para la ciudad”.
Uno de los principales puntos de conflicto ha sido su oposición a proyectos licitatorios clave, como la obra en la zona de Cacique Lambaré y la mejora de instituciones educativas. Silvera denunció que González presentó denuncias ante la Dirección Nacional de Contrataciones con el objetivo de frenar procesos esenciales para el desarrollo de la ciudad.
Además, su futuro político sería incierto, pues desde la Junta Municipal se ha cuestionado su continuidad tras la renuncia de su esposo. Sin embargo, Silvera aclaró que “la Junta Municipal no tiene la facultad de desaforar a un concejal, salvo en casos de agresión física comprobada o si una sentencia firme así lo determina”.
Lucha contra la corrupción y el juego ilegal
Además, Lambaré enfrenta otro desafío importante: el combate contra la corrupción y el juego ilegal. Recientes allanamientos han revelado la operación de tragamonedas clandestinas en lugares no autorizados, incluyendo cercanías de instituciones educativas e iglesias.
“Este es un trabajo conjunto liderado por la CONAJZAR y el municipio de Lambaré. Se han allanado locales con tragamonedas sin habilitación, que además estaban expuestos a menores”, explicó Silvera. El concejal destacó la importancia de continuar con esta lucha para erradicar las actividades ilícitas en la ciudad.
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