Pozo Hondo, en el departamento de Boquerón, sigue enfrentando serias dificultades debido a la crecida del río Pilcomayo, que ha dejado a la localidad completamente aislada. La situación comenzó la semana pasada cuando un muro de contención se rompió, permitiendo que el agua ingresara en la ciudad. En ese momento, los habitantes y las autoridades locales comenzaron a trabajar de inmediato, utilizando palas y carretillas para crear un canal y un muro improvisado que pudiera atajar el avance del agua. Sin embargo, los dos accesos principales a la zona están cortados, y la única forma de acceso es por lancha o helicóptero, debido a que el aeropuerto también se encuentra inundado. Aunque el nivel del río ha comenzado a bajar, se mantiene una alerta constante debido a las lluvias previstas para los próximos días, que podrían hacer que el agua vuelva a subir y dificultar aún más la situación.
En cuanto a la cantidad de familias afectadas, el gobernador de Boquerón, Harold Bergen, indicó que aproximadamente 130 familias en Pozo Hondo y otras 400 en localidades cercanas, como San Agustín, están siendo afectadas por la falta de acceso y la inundación de sus viviendas. Para abordar esta crisis, se ha puesto en marcha una operación de asistencia humanitaria, en la que se están distribuyendo víveres y suministros médicos. A través de helicópteros, ya se ha comenzado a entregar ayuda a los afectados, y se han instalado campamentos temporales en localidades cercanas para facilitar la llegada de más recursos. Además, el gobierno local ha colaborado estrechamente con la Secretaría de Emergencia Nacional (SEN) y otras entidades para coordinar la respuesta.
A pesar de la rápida respuesta, el gobernador expresó su preocupación sobre la sostenibilidad de la ayuda a largo plazo, ya que no se cuenta con un presupuesto específico para emergencias. Se están buscando soluciones para mejorar el acceso, como la apertura de nuevos canales que permitan un movimiento más rápido de las lanchas. Asimismo, las autoridades locales están trabajando para reparar los caminos que fueron afectados por las inundaciones. Sin embargo, el gobernador advirtió que los desafíos seguirán siendo grandes debido a la temporada de lluvias que se prevé se extienda por más tiempo.
A medida que la situación sigue evolucionando, tanto los habitantes de Pozo Hondo como las autoridades continúan en alerta para enfrentar los posibles nuevos desafíos que puedan surgir debido a la crecida del río Pilcomayo. La solidaridad de la comunidad y el trabajo conjunto entre el gobierno local y nacional son claves para superar esta crisis. Las próximas semanas serán fundamentales para evaluar cómo se manejarán los recursos disponibles y garantizar que las familias afectadas reciban la ayuda que necesitan.