Imagen: REVISTA PAUSA – Fotografía: Fernando Franceschelli
En una reflexión sobre los acontecimientos políticos recientes y los disturbios ocurridos en 2017, el analista y experto Alfredo Boccia examinó la evolución de la situación en Paraguay, comparando las protestas de ese año con las movilizaciones más recientes.
Boccia recordó la noche del 31 de marzo de 2017, cuando el intento de reforma constitucional que buscaba permitir la reelección presidencial desató una de las jornadas más tensas de la historia reciente del país. Aquel día, la violencia estalló en las calles, un fenómeno raro en Paraguay, donde las manifestaciones populares suelen ser poco frecuentes. «La violencia fue la respuesta a una gestión política inadecuada», señaló Boccia, haciendo referencia al asesinato de Rodrigo Quintana, un joven militante del Partido Liberal, durante las protestas. Este trágico suceso y la posterior impunidad de los responsables políticos dejaron una huella profunda en la sociedad paraguaya.
El analista destacó que, a pesar de los errores cometidos, la sociedad paraguaya ha aprendido de ese episodio. Las manifestaciones recientes han sido marcadas por una paz relativa, sin los episodios violentos que caracterizaron aquel fatídico día.
«Aunque las movilizaciones actuales no tienen la misma magnitud, es alentador ver que la gente empieza a poner límites al Gobierno».
No obstante, también advirtió que Paraguay aún enfrenta grandes retos, particularmente en lo que respecta a la alternancia política. «El poder está concentrado en un solo sector durante demasiados años», comentó Boccia, señalando que la falta de una oposición fuerte ha permitido que los abusos de poder pasen desapercibidos. Además, destacó que el deterioro del sistema electoral es una de las principales preocupaciones que deben ser atendidas para asegurar una verdadera democracia.
Finalmente, Boccia hizo un llamado a la ciudadanía para que continúe participando activamente en la vida política del país. «Es la participación de la gente y la libertad de la prensa lo que puede marcar la diferencia. Solo así podremos garantizar que la democracia se mantenga sólida», concluyó, subrayando que la historia de Paraguay demuestra que el pueblo tiene el poder de transformar su futuro, siempre que siga luchando por un sistema político más justo y representativo.
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