El programa Hambre Cero, diseñado para brindar asistencia alimentaria a estudiantes de distintos niveles educativos, continúa siendo objeto de críticas y preocupaciones, especialmente respecto a su implementación y la calidad de los alimentos entregados. Yaz Barreto, coordinadora de Fenaes (Federación Nacional de Asociaciones de Estudiantes Secundarios), compartió con Central Radio 1140 AM una visión crítica sobre los desafíos que enfrenta este programa, tanto en la capital como en el interior del país.
Uno de los principales puntos abordados por Barreto fue la insuficiencia en la distribución de los alimentos proporcionados bajo el programa Hambre Cero. «Los kits de desayuno y merienda no llegan para todos los estudiantes, y los alumnos de educación media, quienes muchas veces tienen jornadas extendidas, quedan desatendidos», explicó. La coordinadora destacó la falta de una cobertura equitativa, lo que deja fuera de la atención a estudiantes de tercer ciclo y a aquellos en educación media, quienes son los que más necesitan el apoyo debido a sus largas jornadas escolares.
A pesar de la existencia de un mayor presupuesto para el programa este año, gracias a la transición de la Ley del Fondo Nacional de Inversión Pública y Desarrollo a la nueva Ley del Fondo Nacional de Alimentación Escolar, las respuestas oficiales aún no abordan la desigualdad en la distribución de alimentos.
Además de la insuficiencia en la cantidad, Barreto se refirió a la calidad de los alimentos entregados. «Muchas veces los alimentos llegan en mal estado, y esto no solo ocurre en colegios del interior, sino también en colegios de la capital, algunos de renombre», expresó. La coordinadora recordó que el año pasado se recibieron numerosas denuncias por la mala calidad de los productos, destacando casos en los que los estudiantes se enfermaron tras consumirlos. En este contexto, denunció la falta de responsabilidad por parte de las autoridades y de las empresas encargadas de la provisión de los alimentos.
«Las empresas responsables intentan ahorrar en los costos de producción y distribución, a expensas de la calidad de los alimentos que llegan a los colegios», añadió Barreto. En cuanto a las cantidades, mencionó que muchos kits llegaron con productos incompletos o incluso con paquetes vacíos, lo que ha generado indignación entre los docentes y los padres de familia.
La coordinadora también se refirió a la grave situación que atraviesan los colegios del interior del país, donde la necesidad es aún mayor. En lugares como Itapúa, los kits de alimentos llegaron en cantidades mínimas, y los productos no cumplían con los estándares establecidos. «Los productos que llegaron a algunos colegios fueron mínimos y, en muchos casos, no venían con la cantidad de gramos que deberían», afirmó Barreto, subrayando que en algunas ocasiones los paquetes venían vacíos, lo cual refleja un grave problema en la distribución.
Ante esta problemática, Fenaes ha presentado propuestas para mejorar el sistema de control y la calidad de los alimentos, como un proyecto de control a través de extensos y un plan integral para garantizar la calidad de la alimentación escolar. Sin embargo, estas propuestas aún no han sido implementadas, lo que genera frustración en los sectores involucrados.
«El gobierno debe tomar medidas concretas y no solo emitir discursos. Necesitamos acciones que resuelvan los problemas reales de los estudiantes», destacó Barreto. Además, recordó que muchos colegios aún carecen de comedores adecuados, lo que obliga a los estudiantes a comer en el suelo o en aulas sin la infraestructura necesaria.
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