La senadora Yolanda Paredes expresó su preocupación por el elevado costo de la carne en Paraguay, señalando que el producto básico de la mesa de la mayoría de los paraguayos se ha vuelto cada vez más inaccesible para la población. Según la legisladora, el kilo de carne llega a costar hasta 70 mil guaraníes en supermercados y negocios de conveniencia, mientras que el jornal diario de un trabajador ronda los 100 mil guaraníes.
«Si una familia debe destinar casi todo su ingreso diario solo para comprar un kilo de carne, significa dejar de lado otros gastos esenciales como la educación, medicamentos o transporte. Esto es inadmisible en un país productor de carne», afirmó.
Monopolio y fijación de precios
Paredes sostuvo que el mercado de la carne está concentrado en manos de un reducido grupo de frigoríficos, como Minerva y Concepción, que fijan los precios de compra a los productores, provocando distorsiones en el mercado y afectando a los consumidores. La senadora cuestionó la falta de intervención estatal ante esta situación, pese a que la Constitución prohíbe los monopolios y las prácticas abusivas.
«El Estado paraguayo no puede permanecer pasivo cuando un grupo de empresarios lucra en forma desmedida con un producto básico para la alimentación de la población», sostuvo.
La parlamentaria propuso la realización de una audiencia pública para escuchar a todos los sectores involucrados —productores, frigoríficos y consumidores— y encontrar alternativas que permitan equilibrar el mercado y reducir los precios para los ciudadanos.
Críticas al Gobierno y llamado a la acción
Durante su intervención, Paredes criticó la falta de medidas del Poder Ejecutivo, mencionando que, en la última sesión del Senado, el oficialismo levantó el quórum cuando se intentaba debatir el tema del precio de la carne. Asimismo, señaló que la Comisión Nacional de la Competencia (CONACOM) debería actuar para garantizar la libre competencia y evitar prácticas abusivas.
«Si el Gobierno no toma las riendas y busca soluciones, será misión imposible lograr precios justos para los paraguayos. Si no podemos darle a las familias paraguayas la posibilidad de tener un asadito cada domingo, entonces estamos como políticos fracasados. Esto no puede ser, las familias paraguayas tienen derecho», expresó.
La legisladora también vinculó la falta de inversión extranjera con la ausencia de seguridad jurídica en el país, advirtiendo que esto se traduce en menos empleos y mayores dificultades para las familias paraguayas.