El viceministro de Política Criminal, Rubén Maciel Guerreño, abordó las limitaciones del sistema penitenciario nacional tras la repercusión de un caso que involucra a un condenado con libertad condicional y una nueva sospecha de crimen. El funcionario defendió los procedimientos aplicados y señaló que, si bien el sistema es perfectible, no existen herramientas infalibles para prever el comportamiento humano.
“No existe un baremo que te pueda garantizar 100% la previsión de la conducta futura de una persona. Ni los expertos más reconocidos del mundo pueden prever conductas futuras con total precisión”, afirmó Maciel.
El caso en cuestión involucra a una persona que había sido condenada a cuatro años de prisión y que accedió a la libertad condicional, decisión tomada por el juez competente tras una evaluación positiva de conducta y sin señales de patologías mentales durante su estadía en el sistema penitenciario.
“Los informes psicológicos no arrojaron indicadores que sugirieran un trastorno o riesgo de reincidencia. Esta persona tuvo una calificación de conducta buena a muy buena, como lo exige el régimen de progresividad penal”, explicó.
El viceministro reconoció, sin embargo, que el sistema penitenciario paraguayo enfrenta limitaciones estructurales, especialmente en la cantidad de profesionales especializados como psiquiatras y psicólogos.
“Tenemos profesionales, pero no en la cantidad ideal. Aun así, intervienen múltiples profesionales en los procesos de evaluación, lo que hace poco probable que un trastorno psicopatológico pase inadvertido”, añadió.
Reincidencia, salidas anticipadas y desafíos estructurales
Maciel hizo una distinción entre los casos de reincidencia real (cuando una persona cumple una condena completa y vuelve a delinquir) y los casos de personas que entran y salen del sistema antes de ser condenadas, particularmente por delitos patrimoniales relacionados con consumo problemático de sustancias.
“Ahí tenemos los llamados ‘pasilleros’, jóvenes reincidentes en hurtos o robos, muchas veces vinculados a adicciones. Es una categoría que requiere abordajes diferenciados”, aclaró.
Frente a las críticas públicas y la percepción de impunidad, el viceministro afirmó que el proceso de reforma del sistema penitenciario ya está en marcha, y se refleja en las nuevas penitenciarías con mejor infraestructura, tecnología y personal capacitado.
“El personal penitenciario es clave. Hoy están obligados a cursar una tecnicatura en atención penitenciaria. Buscamos su profesionalización como eje del cambio estructural”, remarcó.
Finalmente, Maciel insistió en que los programas de reinserción mediante educación, trabajo y acceso a salud tienen resultados positivos en la reducción de la reincidencia.
“No se puede generalizar a partir de un caso. Lo importante es medir cuántas personas realmente logran reinsertarse y no vuelven a delinquir. En la mayoría de los casos, las políticas de rehabilitación funcionan”, concluyó.