La presidenta de la Asociación de Familiares de Desaparecidos del Paraguay, Isabel Streski, denunció la falta de celeridad y recursos en la búsqueda de personas desaparecidas, un drama que afecta a más de 1.300 familias en lo que va del 2025, según datos de la propia organización.
Una asociación nacida del dolor
La Asociación de Familiares de Desaparecidos está conformada mayoritariamente por padres, madres, hijos y hermanos de personas desaparecidas, quienes se unieron para apoyarse mutuamente y mantener activa la búsqueda. Algunos voluntarios también colaboran, pero el núcleo de la organización lo integran familiares directos.
Streski relató que muchas familias aún esperan encontrar a sus seres queridos, algunos con vida y otros en circunstancias aún no esclarecidas. “Cuando aparece un cuerpo y no hay respuestas, el vacío es inmenso, porque no podemos cerrar el duelo ni entender qué pasó”, lamentó.
Desapariciones en aumento y falta de respuestas
Según la asociación, entre enero y julio de 2025 desaparecieron más de 1.300 personas en Paraguay, en su mayoría mujeres y adolescentes (72%). Un 28% corresponde a varones, incluyendo casos de bebés y niños pequeños que nunca fueron localizados.
Las causas más frecuentes son violencia intrafamiliar, abusos, adicciones y conflictos en el hogar. También existen casos de personas trasladadas a otros países para trabajar, que luego pierden contacto con sus familias.
Streski advirtió sobre el crecimiento de las llamadas “zonas rojas”, especialmente en el departamento de Alto Paraná, donde aumentaron los reportes de desapariciones. Asimismo, señaló la falta de voluntad jurídica y policial para avanzar en las investigaciones, retrasos en pedidos de imágenes de cámaras y ausencia de tecnología que podría ayudar a ubicar a las víctimas.
Prevención y acciones recientes
Gracias a pedidos de la asociación, el Ministerio de la Niñez y otras instituciones aplicaron medidas preventivas durante las vacaciones de invierno, lo que redujo temporalmente la desaparición de niños en el departamento Central. Sin embargo, la presidenta insiste en que se necesitan acciones más rápidas y coordinadas desde la Fiscalía y la Policía.
Un drama personal convertido en causa colectiva
La historia de Isabel Streski está marcada por la desaparición de su hijo Antonio Augusto en 2022, cuando tenía 25 años. Hasta hoy no existe rastro de su paradero, pese a que la última imagen lo muestra en una zona altamente vigilada de Paraguay.
“Todos los días espero noticias de mi hijo. Cada persona que encontramos con vida la celebro como si fuera él. Esa desesperación me llevó a crear esta asociación, para que ninguna familia pase sola por este calvario”, expresó.
La organización también forma parte de la Red Internacional de Asociaciones de Personas Desaparecidas (RIAPD), que agrupa a 12 países para compartir experiencias y buenas prácticas en la búsqueda de personas.