La Federación Paraguaya de Micro, Pequeñas y Medianas Empresas (Fedemipymes) ha emitido una señal de alerta sobre la desaceleración crítica del consumo a nivel local. Según el Arq. Luis Tavella, presidente de la Federación, si bien la macroeconomía del país se mantiene robusta y con índices de crecimiento positivos, este bienestar no está permeando a las empresas de menor tamaño, que representan el 98% del tejido empresarial paraguayo.
El titular de Fedemipymes señaló que, tras un año lento, la situación se complicó drásticamente en el tercer trimestre. «Hoy prácticamente no tenemos guaraníes en la calle. Podés hablar con cualquier empresario y te va a decir que el consumo prácticamente se paró. Septiembre y octubre fueron sumamente complicados, con caídas de venta que van del 30% al 50%.»
Tavella indicó que la falta de circulante en el mercado, impulsada por la suba de tasas de interés y la baja del dólar, ha forzado a los consumidores a depender cada vez más de instrumentos crediticios.
Esta situación se refleja en los datos de la Cámara de Supermercados, que reportan un descenso de casi el 6% en ventas respecto al año pasado. El aumento del consumo vía tarjetas de crédito, si bien beneficia al sector financiero, es visto por la Federación como un riesgo de sobreendeudamiento que podría generar problemas serios a partir de 2026, cuando estas deudas lleguen a su límite de pago.
El principal reclamo de Federación es la falta de políticas que trasladen el éxito macroeconómico a la base empresarial. «No podemos tener una mirada solamente hacia el 2% de las empresas y olvidarnos del 98%,» sentenció Tavella. Para corregir el rumbo, la Federación insiste en que el Estado debe dejar de favorecer únicamente a las grandes empresas e implementar correctamente herramientas ya existentes:
- Reserva de Mercado: La ley permite a las MIPYMES vender hasta el 20% de las compras del Estado, pero esta reserva no funciona en la práctica debido a que las licitaciones se diseñan para grandes compañías.
- Crédito: El acceso al crédito para MIPYMES sigue siendo deficiente. La mayoría de los préstamos hoy son refinanciaciones o «créditos de subsistencia» utilizados solo para mantener la estructura, no para invertir o crecer.
- Deuda del Estado: La alta morosidad del Estado con sus empresas proveedoras está reteniendo una gran cantidad de dinero que debería estar circulando en la economía.
Finalmente, Tavella citó como ejemplo la lentitud en la aplicación de normativas favorables para el sector. Mencionó que la reglamentación de la Ley MIPYMES, que tenía un plazo legal de 90 días, tardó nueve meses en ser consensuada debido a trabas burocráticas en las diferentes instituciones públicas. «Se necesita un golpe de timón para crear condiciones que mejoren el mercado ahora, y no depender solo de las inversiones grandes de la Ley de Maquila y Ley 60/90 que tardarán dos o tres años en aterrizar.»

