“Fútbol sin Pobreza”, de la Fundación Paraguaya se aplica en Argentina para ayudar a mujeres jóvenes y adolescentes

El programa denominado “Fútbol sin Pobreza”, que lleva adelante la Fundación Paraguaya, en dos academinas de fútbol de nuestro país, ahora se replica en la ciudad de Corrientes, Argentina, con el objetivo de transformar la vida de mujeres jóvenes y adolescentes en situación de vulnerabilidad, utilizando al fútbol como herramienta de cambio social.

La propuesta que fusiona deporte y acción social, trabaja en conjunto con clubes deportivos. y asociaciones locales, y en esta ocasión tiene un convenio con la Asociación de Fútbol Femenino de Corrientes, que cuenta con 32 clubes asociados, y en esta primera etapa un total de tres clubes están recibiendo capacitación con el Semáforo de Eliminación de Pobreza, la metodología que permite identificar fortalezas y debilidades individuales y de la familia de la atleta, además de brindar un banco de soluciones para mejorar las condiciones de vida de cada participante.

Jorge Espínola, coordinador de programas de la Fundación Paraguaya, se encuentra en el vecino país para la implementación inicial del programa, que luego será monitoreado a distancia. El objetivo es ofrecer capacitaciones en emprendedurismo, educación financiera y manejo de emociones, entre otros, para convertirlos en oportunidades de crecimiento para cada joven.

El impacto del “Fútbol sin Pobreza” no solo reside en la mejora de las condiciones de vida de los jóvenes y sus familias, sino también en su empoderamiento personal y comunitario. La Fundación Paraguaya, con 40 años de experiencia en Paraguay, apunta a expandir su programa a otros espacios y asociaciones de Corrientes, apostando por el deporte como motor del cambio social.

El Semáforo busca empoderar a las personas para lograr sus objetivos personales a través del deporte.

Actualmente, el Semáforo está siendo aplicado en más de 60 países. Esta innovadora tecnología ayuda a familias a mejorar su calidad de vida con objetivos claros y prácticos; promoviendo la educación financiera, habilidades blandas, el acceso a servicios básicos y el fortalecimiento familiar, elementos fundamentales para construir una vida digna y sostenible.

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