En una operación conjunta entre la Fuerza de Tarea Conjunta (FTC), la Secretaría Nacional Antidrogas (SENAD) y el Ministerio Público, se desmanteló un centro de acopio y procesamiento de drogas en la región de Canindeyú. El vocero de la FTC, coronel Luis Apesteguía, brindó detalles sobre el operativo, destacando el trabajo interinstitucional y la importancia de la inteligencia previa en la planificación de estas acciones.
Trabajo de inteligencia y acción interinstitucional
De acuerdo con el Coronel Apesteguía, las tareas operativas de la FTC se basan en informes de inteligencia analizados previamente. «Todo lo que realizamos lo hacemos en coordinación con el Ministerio Público, quienes encabezan cada operación», señaló. El vocero destacó que este trabajo conjunto permite una mejor planificación y ejecución de los operativos contra el crimen organizado.
Centro de acopio y procesamiento abandonado
Al momento del allanamiento, el lugar estaba completamente abandonado, sin la presencia de personas responsables. Sin embargo, en el sitio se encontraron prensas y otros elementos utilizados para el procesamiento de marihuana, dejando en evidencia que el espacio funcionaba como un punto clave en la cadena de producción de drogas.
Un esfuerzo constante en la lucha contra el crimen organizado
El Coronel Apesteguía reconoció que la FTC enfrenta una doble labor, no solo combatiendo grupos armados como el EPP, sino también enfrentando a organizaciones criminales dedicadas al narcotráfico. «Nuestros esfuerzos están enfocados en la lucha contra el crimen organizado. Estamos trabajando especialmente en el sur del país, en Canindeyú, donde se ha fortalecido nuestra presencia», explicó.
En ese contexto, mencionó también la reciente captura de la hija de Alejandro Ramos, un líder del grupo criminal EML, destacando la importancia de estas operaciones en el desmantelamiento de redes delictivas.
Crimen organizado: una amenaza para el Estado
Finalmente, el vocero de la FTC advirtió sobre el peligro que representa el crimen organizado para las instituciones del Estado paraguayo. «Estas organizaciones manejan enormes cantidades de dinero, lo que les permite permear distintas instituciones y representar una amenaza para la estabilidad del país», señaló.
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