El Senador Ever Villalba cuestionó el enfoque del Gobierno Nacional respecto a la medición de la pobreza y la falta de políticas públicas orientadas al bienestar social. Durante sus declaraciones, el legislador señaló que la presentación de indicadores basados únicamente en ingresos monetarios es «una mentira» que distorsiona la verdadera situación socioeconómica del país.
«El análisis de la pobreza debe ir más allá de los 27.000 guaraníes por día. Eso no cubre salud, educación ni seguridad. Por eso hablamos de pobreza multidimensional, porque las carencias son mucho más profundas», expresó. También cuestionó la actitud de la diputada Rocío Álvarez, calificando como «miserable» su postura burlona sobre el tema: «Ellos describen la realidad que conocen en sus burbujas, donde se toma café con late y se come cheesecake».
Villalba alertó sobre la brecha que existe entre la realidad cotidiana de la mayoría de los paraguayos y el relato oficial. «En el Paraguay profundo, la gente prepara cocido con tortilla para subsistir, hacen polladas para cubrir gastos médicos. Así de terrible es la situación que viven los compatriotas.», enfatizó.
Asimismo, el senador cuestionó el rumbo ideológico del actual gobierno, al que acusó de haber llevado «al extremo el fanatismo, el fundamentalismo y el machismo». Hizo alusión a un caso reciente en el que «la negativa judicial a un procedimiento médico derivó en la pérdida de dos vidas», calificando el desenlace como una consecuencia de abandonar la ciencia y los derechos humanos.
Por otro lado, Villalba insistió en que la tarea de la oposición es denunciar estos errores y brindar a la ciudadanía elementos de comparación que permitan construir una alternativa real de cambio. «La oposición suele ir dividida, pero es momento de mirar el horizonte de la patria y tomar como banderas nacionales la salud, la educación y la lucha contra la desigualdad y la inseguridad», expresó.
Finalmente, criticó la visión económica del presidente Santiago Peña, a quien acusó de priorizar a los sectores más favorecidos. «No tiene una visión de economía social, le interesa el bienestar y el progreso de quienes tienen más. Cree que el progreso de unos pocos va a derramarse sobre el resto y eso ya está demostrado que no ocurre», sostuvo. Para Villalba, los promedios son engañosos: «Si uno gana un millón y otro 200.000, el promedio es 600.000, pero eso no refleja la desigualdad. Esa es la lógica que se nos aplica y que hay que cambiar».