La eutanasia y el suicidio asistido son prácticas que generan intensos debates éticos y legales en todo el mundo. En Paraguay, ambas se encuentran prohibidas por ley, y quienes las practiquen se exponen a penas privativas de libertad.
El doctor Enrique de Mestral, gerontólogo con más de 50 años de experiencia y docente durante tres décadas en la Facultad de Medicina, explica que es fundamental diferenciar los conceptos:
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Eutanasia: consiste en provocar intencionalmente la muerte de un paciente con sufrimiento extremo, mediante una inyección letal, gas u otros procedimientos.
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Suicidio asistido: ocurre cuando el paciente desea morir, pero necesita de la ayuda de otra persona para ejecutar el acto, como proveerle un arma o instalarle un suero con medicamentos letales.
“La misión de la medicina es devolver la salud, aliviar y acompañar al paciente, no poner fin a su vida. Si existiera eutanasia, tendría que ser otra profesión la que lo haga, no los médicos”, afirma.
Muerte digna: tres visiones distintas
El concepto de muerte digna tiene interpretaciones diferentes en la región:
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Uruguay: se utiliza como sinónimo de ley de eutanasia (actualmente en debate parlamentario).
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Argentina: significa el derecho del paciente a rechazar medidas extraordinarias o encarnizamiento terapéutico (como respirador, diálisis o reanimación).
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Paraguay: está ligado a la atención integral a través de cuidados paliativos, ofreciendo alivio físico, psicológico y espiritual al paciente.
Avance en Paraguay: la Ley de Cuidados Paliativos
En 2024, Paraguay promulgó la Ley N.º 7.340 de Cuidados Paliativos, que introdujo cambios trascendentales:
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Permite al paciente aceptar o rechazar tratamientos (quimioterapia, diálisis, ingreso a terapia intensiva).
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Autoriza la designación de un representante legal, mediante escribanía, para tomar decisiones en caso de que el paciente pierda la conciencia.
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Reconoce como legal la sedación paliativa, último recurso para calmar síntomas refractarios como dolor extremo, agitación severa o falta de aire, sin intención de acelerar la muerte.
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Establece que el acceso a cuidados paliativos debe ser universal y progresivo, con financiamiento del Presupuesto Nacional y cobertura del sistema público de salud.
El papel de la medicina
El Dr. de Mestral enfatiza que el verdadero desafío no es legalizar la eutanasia, sino garantizar la atención integral a quienes atraviesan sufrimientos extremos:
“Los cuidados paliativos buscan calmar el dolor, controlar los síntomas, brindar apoyo psicológico, espiritual y familiar. Solo así evitamos que los pacientes pidan morir”.
En este contexto, la morfina se convierte en la piedra angular para aliviar el dolor y la falta de aire en pacientes terminales, y la ley asegura su disponibilidad.