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Documentos ocultos en tambores revelan detalles clave sobre el caso Félix Urbieta

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Nuevas evidencias halladas en un depósito subterráneo vinculado al grupo criminal autodenominado Ejército del Mariscal López (EML) apuntan a que el ganadero secuestrado, Félix Urbieta, habría fallecido en febrero de 2017 y no en 2019, como se creía hasta ahora. La información fue confirmada por el comisario Mario Vallejos, jefe del Departamento Antisecuestro de la Policía Nacional.

Durante una serie de operativos realizados en el departamento de Concepción, las autoridades hallaron manuscritos escondidos en tambores plásticos enterrados. Estos documentos contienen detalles claves que permitieron a los investigadores delimitar una zona donde, presuntamente, podrían estar los restos de Félix Urbieta.

“En uno de los manuscritos se relata cómo tres integrantes del grupo criminal salieron con el objetivo de deshacerse del prisionero. Días después, otro documento confirma su regreso tras cumplir la ‘operación’. La fecha coincide con los días 16 y 17 de febrero de 2017”, explicó Vallejos en entrevista radial.

Aunque los textos no mencionan de forma explícita cómo murió Urbieta, los investigadores sostienen que, dadas las circunstancias y el perfil violento del grupo, lo más probable es que haya sido asesinado. “No está detallado cómo falleció, pero considerando la historia del grupo, todo apunta a que fue ejecutado”, añadió el comisario.

El EML, que operó activamente entre 2016 y 2017, llegó a estar conformado por unas ocho personas. Todos sus integrantes hoy están abatidos o detenidos. Entre ellos se encuentran los hermanos Bernal Maíz, y el propio Alejandro Ramos, exintegrante del EPP, quien luego lideró la escisión del grupo para formar el EML.

El reciente hallazgo se dio tras la detención de Lourdes Teresita Ramos, una presunta integrante del grupo, quien brindó datos relevantes para la localización de las caletas subterráneas. En estos escondites no solo se encontraron documentos, sino también armas, ropa y alimentos no perecederos, preparados para ser reutilizados por el grupo en caso de necesidad.

Si bien las evidencias fortalecen la hipótesis de la muerte de Urbieta en 2017, las autoridades continúan trabajando para hallar sus restos. La zona donde se cree que fue enterrado está siendo rastreada minuciosamente por el Ministerio Público, la Fuerza de Tarea Conjunta y el Departamento Antisecuestro.

“Estamos avanzando paso a paso. La búsqueda es compleja debido al paso del tiempo y a factores como la erosión del terreno. Pero tenemos una zona delimitada y vamos a continuar hasta encontrarlo”, aseguró Vallejos.

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