Según informó la doctora Andrea Ojeda en entrevista con la 1140 AM, en las últimas tres semanas se confirmaron 160 casos de dengue, mientras que las notificaciones sospechosas superan las 1.000. Además, la Organización Panamericana de la Salud (OPS) emitió una alerta regional por fiebre amarilla, enfermedad que no se registra en el país desde 2008, pero que podría resurgir ante su avance en Brasil, Colombia y Perú.
La doctora Ojeda explicó que, si bien el número de casos confirmados ha crecido, la situación no es aún alarmante. “No estamos en una situación caótica como en años anteriores”, señaló.
No obstante, hay regiones con brotes activos, especialmente en Alto Paraguay, Concepción y Presidente Hayes. En el área metropolitana, 18 barrios han reportado casos, aunque sin una dispersión masiva del virus.
Ojeda destacó que el promedio de notificaciones sospechosas pasó de 800-900 en semanas anteriores a 1.000 en la última semana, lo que indica un crecimiento sostenido de la enfermedad.
Factores que han retrasado una epidemia
El impacto del dengue en Paraguay se ha visto contenido gracias a factores como la sequía prolongada y las acciones coordinadas de eliminación de criaderos en barrios históricamente afectados.
“La eliminación de criaderos es clave. Hemos tenido meses con pocas lluvias y además hubo trabajos bien dirigidos en Asunción y en otras zonas donde siempre se registran muchos casos”, explicó Ojeda.
Sin embargo, la llegada de lluvias recientes podría acelerar la reproducción del mosquito Aedes aegypti. Por ello, las autoridades insisten en la eliminación de cualquier recipiente que acumule agua.
Otra recomendación clave es evitar viajar si se presentan síntomas de dengue, para no propagar el virus a otras regiones del país. “Si una persona con dengue viaja, puede llevar la enfermedad a lugares donde hoy no es un problema”, advirtió Ojeda.
Alerta regional por fiebre amarilla: ¿Paraguay en riesgo?
La OPS emitió una alerta regional por el aumento de casos de fiebre amarilla en Brasil, Colombia y Perú. En Brasil, el virus ya no está concentrado solo en el Amazonas y se ha expandido a estados cercanos a Paraguay, como Río Grande del Sur, Paraná y Santa Catarina.
En Paraguay, el último brote de fiebre amarilla ocurrió en 2008, pero la alerta internacional obliga al país a ajustar su plan de acción. “Tenemos que estar muy atentos porque la proyección de episodias –casos en monos muertos– y de infecciones en humanos sigue en aumento”, explicó Ojeda.
La vacunación, un escudo protector
Una de las estrategias que ha mantenido a Paraguay libre de fiebre amarilla por más de 15 años es la vacunación obligatoria para viajeros que ingresan o salen del país hacia zonas de riesgo.
“El hecho de que Paraguay exija la vacuna ha sido clave. Luego de la epidemia de 2008, quedó instalada una fuerte conciencia en la población. Muchas personas consultan dónde vacunarse antes de viajar”, destacó la especialista.
La vacuna contra la fiebre amarilla está disponible gratuitamente en todos los centros vacunatorios del país. Ojeda instó a la población a verificar su estado de vacunación y a inmunizarse si aún no lo han hecho.
El rol de la comunidad en la lucha contra el dengue
La doctora Ojeda también resaltó el trabajo realizado por comisiones vecinales y brigadas sanitarias en la eliminación de criaderos, lo que ayudó a contener el dengue en varios barrios de Asunción.
“Las comisiones vecinales trabajaron muy bien con el CENEPA y otros actores del Ministerio de Salud. La eliminación de criaderos en los barrios históricos de Asunción fue clave para evitar epidemias”, afirmó.
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